Biografía
El jardín infantil “La Casita en el Campo” fue fundado el 01 de abril del 2010, bajo la orientación de la pedagogía Waldorf, este proyecto logra concretarse luego de un largo período en el que sus fundadores, el matrimonio compuesto por Claudia Prieto, educadora de párvulos y Jaime Munita, psicólogo educacional, buscarán un espacio de educación diferente para educar a su única hija en ese momento; Renata.
Reseña Histórica El jardín infantil “La Casita en el Campo” fue fundado el 01 de abril del 2010, bajo la orientación de la pedagogía Waldorf, este proyecto logra concretarse luego de un largo período en el que sus fundadores, el matrimonio compuesto por Claudia Prieto, educadora de párvulos y Jaime Munita, psicólogo educacional, buscaran un espacio de educación diferente para educar a su única hija en ese momento; Renata. En esta búsqueda, conocieron y se encontraron con la pedagogía Waldorf, iniciando junto a otras personas y a la guía de una maestra ya formada en esta pedagogía, un grupo de estudio. En él descubrieron la existencia de una mirada respetuosa de los procesos e identidad de cada uno de los niños y niñas, quienes al ser acompañados en sus necesidades por adultos educadores, logran en un futuro, vivir en libertad. Todo este conocimiento, provoca especialmente en Claudia un anhelo muy profundo de entregar esta nueva forma de educar, no solo a su hija, sino a todos los niños y niñas de la comunidad de Chillán que lo quisieran. Fue así como el año 2010, se comenzó con un grupo heterogéneo de 15 niños y niñas junto a dos educadoras de párvulos y una sala de actividades, llamada en nuestro contexto “Casita”. Al mismo tiempo que se formaba en lo físico, se configuraba el equipo de trabajo de esta iniciativa pedagógica, inicialmente con las maestras Claudia Prieto y Alejandra Saavedra, acompañadas de cerca de la maestra Waldorf, Sara Inés Latorre, quién fue pieza fundamental para guiar y acompañar a este equipo de trabajo en la implementación de un modelo orientado por la pedagogía Waldorf. En los años posteriores, la iniciativa siguió creciendo, el interés de las familias que iniciaron se tradujo en que el segundo año se acogió a 22 niños y niñas. De esta manera, se incrementó también el equipo de trabajo integrando a nuevas maestras, al mismo tiempo de ampliar la “Casita” existente. El tercer año de funcionamiento, se creó el segundo grupo de niños y niñas, llegando así a atender a cerca de 36 párvulos y sus familias. Cada año que se incorporaban nuevas familias, se ofrecía a los padres y madres, en reuniones de apoderados y apoderadas, espacios de formación acerca de los fundamentos de la pedagogía Waldorf, al mismo tiempo que se celebraban las fiestas de la estación, que al interior del jardín resultaban (hasta hoy) muy relevantes tanto para los niños y niñas como para sus familias. En numerosas ocasiones contamos con visitas de otras ciudades y países (Dinamarca, Alemania, Estados Unidos, Argentina), con especialistas en este sistema pedagógico u otras áreas relacionadas, que ofrecieron talleres a padres, madres y maestras, acerca de temas de interés para todos y todas. Desde el inicio las maestras han ido profundizando en los principios y aplicación práctica de la pedagogía Waldorf, sea por medio de estudios internos o estudiando el seminario pedagógico que se dicta en Santiago para formar maestros y maestras en esta pedagogía. Con todo lo anterior, se continúa dando un orgánico y progresivo crecimiento, recibiendo a más familias interesadas, al mismo tiempo que ampliando y construyendo nuevas instalaciones que permiten atender cada vez mejor a los niños y niñas que participan en “La Casita en el Campo” y entregar a los trabajadores y trabajadoras las condiciones óptimas para desarrollar su labor. A lo largo de los años, se fueron incorporando a “La Casita en el Campo”, educadoras y técnicos en párvulos que han hecho de este espacio un lugar de cobijo, atención y cuidado de cada uno de los pequeños y pequeñas que participan en ella. Desde el inicio, niños y niñas logran en “La Casita en el Campo”, aprendizajes por medio de experiencias en ambientes naturales, también por el juego y la fantasía. Desarrollan labores cotidianas y acompañados de sus maestras, van descubriendo sus propias capacidades, sus límites. Aprenden a relacionarse, a esperar el momento de su participación, sintiéndose acompañados en su crecimiento en cada minuto. En suma, así como los pequeños son cobijados en su desarrollo, buscamos entregar a padres y madres, herramientas que fortalezcan su función como primeros educadores y educadoras de sus hijos e hijas, realizando con frecuencia talleres, donde profundizamos en los conocimientos que nos regala la pedagogía Waldorf para acompañar a nuestros niños y niñas.
Acompañamos
En el Jardín Infantil “La Casita en el Campo” acompañamos el crecimiento de niños, niñas y padres, ofreciendo experiencias de aprendizaje y desarrollo, vinculadas con las necesidades de su edad, a la luz de los principios de la pedagogía Waldorf, fomentando e intencionando el crecimiento y desarrollo personal y profesional del grupo de maestras.
Nos inspira
Ofrecer al niño y niña un espacio lleno de belleza y calidez, que le invita a amar su vida y el mundo que le rodea. Es un espacio educativo que promueve su sano proceso de crecimiento en los ámbitos físico, anímico (emocional) y espiritual. Vinculado con su entorno social, promueve en niños y familias el respeto al medio ambiente y ofrece oportunidades de formación y crecimiento a padres, madres y educadores.
Lo que guía nuestra acción pedagógica
Los principios y enfoques que guían la labor pedagógica de “La Casita en el Campo”, se centran en los aspectos que la pedagogía Waldorf define necesarios a implementar y ofrecer a niños y niñas de 0 a 7 años, atendiendo así a sus necesidades y favoreciendo su mejor proceso de desarrollo y crecimiento.
Los valores que nos inspiran
Ritmo diario en La Casita
En la primera infancia es fundamental preparar el día en base a esta respiración, ya que el niño necesita un equilibrio entre la calma y el movimiento.
En La Casita en el campo, preparamos el ritmo diario, buscando que siempre exista una inhalación y luego una exhalación, en las experiencias que viven diariamente. También consideramos el ritmo del año, que varía según la estación, el grupo etario y las características de cada niño y niña.
Un ejemplo de ritmo diario es:
Juego libre
Momento de exhalación, flexibilidad, movimiento y utilización libre del material de juego.Ronda
Momento de inhalación, encuentro, conexión, movimiento rítmico y calma.Paseo
Momento de exhalación, movimiento colectivo, encuentro con el otro, conexión con la naturaleza.Colación
Momento de inhalación, compartir, agradecer, quietud.Patio
Momento de exhalación, movimiento libre, exploración del entorno, creación de juegos y espacios, trabajos de la tierra.Cuento
Momento de inhalación, pausa, conexión, atención y contemplación.